Mediante esta técnica se estimulan los puntos reflejos situados en la planta del pie.
Como consecuencia del stress estos puntos se vuelven dolorosos debido a las toxinas que acumulan, causando bloqueos que impiden a las energías de nuestro organismo circular con fluidez.
Al estimular las terminales nerviosas se alivian desórdenes en otras partes del cuerpo como problemas circulatorios o dolores de espalda, entre otros, contribuyendo de esta manera a que el cuerpo recobre su equilibrio y armonía.